Con l’arrivo di un pupo in casa sentiamo sempre i
genitori che si lamentano perché non possono dormire piú, sembra che invece di
un piccolo batuffolo morbido e profumato in casa sia entrata una macchina
strillante... Peró nel mondo sicuramente ci sono delle eccezioni e, di
conseguenza, dei genitori piú fortunati. Mia figlia, di un anno e mezzo, ne è
un esempio.
L’altro giorno andammo a prenderla all’asilo alle
16.00 e aveva dormito un’ora e mezzo, dopo le 12 ore notturne di consuetudine,
peró sembrava stanca. Allora verso le 18, a casa, la mettemmo a letto per farle fare un
riposino prima della cena... ma la cena non la toccó nemmeno perché dormí fino
alle 8.00 della mattina dopo quando la
svegliammo per portarla di nuovo all’asilo!!
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Con la llegada de un peque en la casa se oyen
a los padres quejarse porque ya no pueden dormir, parece que en vez que un pequeñín
suave y perfumado haya llegado una máquina de gritos… Pero en el mundo también hay
excepciones y, por ende, padres con más suerte. Mi hija, de año y medio, es un ejemplo.
El otro día fuimos a recogerla a la guardería
a las 16.00 horas y había dormido hora y media, después de las 12 horas nocturnas
habituales, pero parecía cansada. Entonces sobre las 18,00 horas, ya en casa, la
pusimos en la cama para que se echara una siestecita antes de la cena… pero la cena
ni llegó a probarla porqué durmió hasta las 8.00 de la mañana siguiente cuando ¡la despertamos para
llevarla de nuevo a la guardería!